Artes Desaparecidas

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  • Conventitos; son también conocidos como escaparates o cajas. Era realizado por las monjas de los conventos de Salamanca. Los conventitos eran pequeñas cajas en cuyo interior se representaba un momento de la imagen de la vida de Jesucristo, de los santos o del día a día de la vida monacal. Los materiales que utilizaban eran básicamente eran cera, papel, telas y paja. Los ejemplos que han llegado hasta nuestros días se conservan en Mogarraz y La Alberca y fueron elaborados en el convento del Zarzoso en los siglos XIX y XX. Más antiguo son los conservados en Alba.
  • Cuadros de Monjas; también eran elaborados por las monjas, pero en una época anterior, durante los siglos XVI, XVII y XVIII. En aquella época eran conocidos como cuadritos de monxa. Estos cuadros eran vitelas (pergamino blanco y flexible) con pequeñas imágenes religiosas, las imágenes eran complementadas con cortinas, flores, rosetas…
  • Niño Jesús vestidero o Batueco. Estos eran representaciones de Jesucristo de niño, eran realizados por entalladores el cuerpo y por plateros los adornos que llevaban (Coronas, poderes, nimbos, orbes, cruces, zapatos, etc). De estos niños quedan diversos ejemplos en los municipios de la provincia como Cepeda, Mogarraz o incluso en Tejares. La razón lo que se les llama también niños batuecos es que en La Alberca se les atribuye a los monjes de Las Batuecas su introducción en la población.
  • Relicarios de Monjas; Eran una pequeñas bolsas que llevaban reliquias o las palabras iniciales del evangelio de San Juan o figuras de peces, corazones, escapularios… Los ejemplos que han sobrevivido se deban a las imágenes vestidas.
  • Mascareros; Estos fabricaban y reparaban las mascaras que salían en procesión en las fiestas del Corpus, reyes, carnavales y en la representación de los actos sacramentales. Las mascaras se hacían a través de moldes con la figura de calaveras y de toros, aunque el tamaño variaba de pequeño, mediano y grande. Para elaborar la mascara se rellenaba el molde con papel mojado que una vez secado se pintaba para dar origen a la mascara.