Convento de San Antonio el Real
De estilo barroco. Sus ruinas se reparten entre el Teatro Liceo (convento y claustro) y un antiguo edificio de viviendas que actualmente es una tienda de ropa de la cadena ZARA (iglesia del convento).
Esta construcción fue autorizada en el año 1732 y se realiza sobre la casa palacio conocida como "el gran torreón", propiedad del Conde de Amayuelas. En su construcción participa parcialmente Jerónimo García de Quiñones entre 1756 y 1772. Algunos litigios promovidos por el dudoso interés de construir un convento o un hospital en su momento, la falta de recursos y las desavenencias con alguno de los maestros de obras supuso que en algunos elementos, caso de la iglesia, éstos no se concluyeran como estaban proyectados y carecieran, por ejemplo, de fachada.
Un siglo después, en el año 1840, y a raíz de la Desamortización, las ruinas del convento fueron enajenadas y subastadas, y de ahí, tras sucesivas transacciones y reparticiones, es adquirida una de esas partes, concretamente la que corresponde al claustro y a la sacristía, por la Sociedad del Liceo, y comienza así el proyecto de construcción de lo que sería futuramente el Teatro Liceo por el arquitecto Tomás Francisco Cafranga. En la fábrica de este Teatro se utilizaron materiales procedentes del convento, se aprovecharon algunos de los muros del claustro y se respetó íntegramente la sacristía, que únicamente estuvo afectada por las particiones interiores.
Con el derribo del antiguo Teatro Liceo en el año 2000 se comprobó que se había construido reaprovechando fundamentalmente los muros que por el norte, por el oeste y por el sur cierran lo que es el deambulatorio del antiguo claustro-convento de San Antonio el Real, mientras que el correspondiente al lado oriental fue destruido para la construcción del antiguo escenario. En el perímetro se aprecian claramente los arranques de los arcos perpendiculares al muro en dos plantas, con sus correspondientes rozas para arranque de las bóvedas de arista que cubrían las crujías occidental y meridional, mientras que la altura, conservada en el muro septentrional, es la correspondiente a una sola planta.
En la actualidad estos restos se encuentran integrados en el nuevo Teatro Liceo, que se construyó de cara a la Capital Cultural de 2002.