Dos personajes en Macotera: García Sanchiz y Gil Robres
Gil Robles en Macotera
La Gaceta Regional del 5 de noviembre de 1933 anuncia el acto de “propaganda de las derechas”, que tendrá lugar en Macotera, (ese mismo día), a las 3.30 de la tarde. Según el diario: “Uno de los actos de propaganda más trascendentales en nuestra provincia, porque (Macotera) es el centro de una comarca eminentemente agricultora y por el ambiente y la opinión derechista que en ella impera.
De todos los pueblos comarcanos de los partidos de Alba de Tormes y de Peñaranda y de hasta las provincias limítrofes de Ávila y Valladolid, han anunciado acudir a Macotera a demostrar que las falanges derechistas están en fiel, como en brava y legítima expresión del espíritu nacional y de la opinión agraria”.
El día 7, el mismo diario, presenta una amplia y detallada crónica, relatando todos los pormenores que tuvieron lugar en tal fervoroso acto.
Los titulares subrayan las frases más expresivas de los discursos de los tres oradores, que intervinieron en el mitin, y que nosotros transcribimos como resumen de lo que se pronunció en tan señalada tarde.
“Los agravios han conseguido la reconquista espiritual de España” (Castaño).
“La patria es un tesoro que nos legaron nuestros padres, del que nuestros hijos nos han de pedir cuentas” (Lamamié de Clairac).
“No os fiéis de las falsas derechas que callaron cuando los ataques contra la religión, contra la familia y contra el campo” (Gil Robles). 6.000 personas, en la plaza de Macotera, aplaudieron frenéticamente la candidatura de las derechas salmantinas. El cronista completa su reportaje con otros apuntes, que enriquecen el acto y justifican la buena disposición y la esperanza del público ante las celebradas palabras que los tres candidatos vertieron sobre los enfervorizados seguidores. “El señor Gil Robles había anunciado su llegada a las 3.30 de la tarde, después del trascendental acto que, aquella mañana, había celebrado en Madrid; pero, en Cantaracillo, el pueblo entero, salió a la carretera, obligando al jefe de la CEDA a detenerse unos momentos en un recibimiento cordialísimo, entusiasta, pleno de cariño y emoción. Pero lo apoteósico fue lo de Macotera: a más de un kilómetro del pueblo, habían salido unas masas enormes de público, millares de agricultores que, desafiando las inclemencias de una tarde crudísima, salieron a esperar a los candidatos agrarios. La avioneta de propaganda de Acción Popular cruzó los aires en vuelo bajo, derramando millares de ejemplares de propaganda, que eran arrebatados por el público con gran júbilo. Poco después de las 4, hicieron su aparición los coches en que llegaban los candidatos y, entonces, el entusiasmo fue arrebatador. Descendieron de ellos los señores Gil Robles, Lamamié de Clairac y Castaño, y seguidos de una ingente muchedumbre, a paso lento, entraron en la villa entre aclamaciones y vivas entusiastas. Al llegar a la plaza, el espectáculo era asombroso: una multitud enardecida acogió a los oradores con tan gran entusiasmo, que sobrepasa a toda ponderación; a duras penas, lograron abrirse paso hasta la tribuna. No bajarían de 30 los pueblos presentes.
Cerca de las 4.30, comenzó el acto.
Don Lucio García Pérez, el culto médico y entusiasta jefe de Acción Popular en Macotera, hizo la presentación de los oradores:
"Labriegos, obreros y patronos que me escucháis, - comienza diciendo -, nos honran hoy con su visita tres ilustres personalidades políticas, que encarnan el sentir del campo español.
Un modesto soldado de filas, hasta ayer apolítico, pero un soldado patriota como yo, no podía menos de salir a la calle, de luchar cuando nos han llevado a la lucha a esta España de nuestros amores, a este estado de ruina, volcán de pasiones en que nos han sumido las doctrinas izquierdistas que amenazan con destruir España”. El acto terminó cuando oscurecía.
Los oradores se trasladaron a la acogedora mansión de don Ramón Blázquez, donde recibieron a numerosas comisiones de los pueblos, que les expresaron su seguridad del triunfo de la candidatura agraria. Se distinguieron por su entusiasmo los obreros de Alba que, en número de 30, se trasladaron a Macotera, llevando un cartel expresivo de su entusiasmo.
El 19 de noviembre, se celebraron las elecciones generales y el triunfo de la derecha fue aplastante: Gil Robles obtuvo 1.572 votos; Casanueva Gorjón, 1.564; Clairac, 1.559; Cimas, 1.560, y Castaño, 1.523. En Peñaranda, el socialista Manso sacó 827 y Gil Robles, 713.
Después del triunfo se cantaba por el pueblo: Que viva Gil Robles, Y también Clairac; viva Casanueva y también Leal. Viva las derechas de Acción Popular. No queremos guerra, queremos la paz.
De Acción Popular.Homenaje tributado en Salamanca a Gil Robles, ministro de la Guerra y a Casanueva, ministro de Justicia
El día elegido para el evento fue el 23 de junio de 1935. “Este es un acto de solidaridad de esta provincia con sus representantes que los han llevado a la República, vinculándolos para siempre a ella”. (Palabras del jefe del Gobierno Sr. Lerroux, en el banquete, dirigidas a los dos homenajeados).
Palabras que pronunció Gil Robles: “Hemos visto en la República el medio de salvar a España y nos unimos en un abrazo cordial”.
La jornada estuvo presidida por el entusiasmo y la cordialidad. Dentro del programa figuraban la entrega de la bandera a la Guardia Civil, que había sido regalada por suscripción entre todos los ayuntamientos de la provincia, iniciada por la Diputación; una parada militar; la entrega de los títulos de hijos predilectos a los señores Gil Robles y Casanueva y un banquete en los jardines de la Vega en su honor, al que asistieron 4.000 personas, pertenecientes a todos los organismos, instituciones y ayuntamientos.
Macotera estuvo representada por don Ramón Blázquez y don Lucio García Pérez, a quienes acompañaban 28 macoteranos más.
(El ABC del día 25 de junio de 1935, recoge todos los pormenores del evento).
Otro asunto
Multa a los vecinos de Macotera por desafección a la fiesta del Caudillo de 1938. La multa recae sobre don Lucio García Pérez y don Francisco Bautista García, médicos de Macotera.
Motivo: Falta de respeto a las autoridades y notorio escándalo para el pueblo por no concurrir a la manifestación y actos celebrados el día 1 de octubre de 1938.
La sanción fue de 2.500 pesetas, que don Lucio satisfizo el 67 por ciento en papel de pagos al Estado y el resto, el 33 por ciento, en el Banco de España de esta capital en el Fondo de Protección Social. Se aplicó la misma cantidad a don Francisco, pero éste argumentó que tenía una familia numerosa: cinco hijos y otro en camino, y se le rebajó la mitad (1.250 ptas). Este señor vivía en la calle Honda nº 46 de Macotera. (AHPSA Sección Gobierno Civil, Signatura 267).
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