El portón (Macotera)

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Si hace unos años, te dabas una vuelta por el pueblo, una casa sí y otra también estaba franqueada por un portón. Era la forma típica de cerrar el hueco de la entrada principal de la vivienda. Hoy queda alguno disperso por alguna calle, como vestigio de un tiempo pasado o porque el dueño es tan loco de lo rural, que se resiste en firme a sustituirlo por una puerta de hierro o de aluminio.

El portón cumplía a la vez la función de entrada a la casa y de semiportás cuando los corrales no tenían acceso directo por detrás o por la parte lateral de la vivienda. El casa rural agrícola exigía unas dependencias interiores, normalmente, instaladas en el corral, como es el caso de paneras para guardar la cosecha, pajares, la cuadra de la caballería, la pocilga para el cerdo y el gallinero. Muchas de ellas carecían de puertas carreteras y la manera de suplir esta carencia era abrir un hueco grande en la entrada, que se cubría con una doble estructura, el portón.

Esta doble estructura estaba formaba por un postigo, dividido en dos cuarterones, que utilizaban los miembros de la familia y los vecinos para entrar y salir de casa habitualmente. Durante el día, sólo se cerraba la cuarterón de abajo, mientras el de arriba permanecía abierto para ventilar y dar luz al metecasa .

El postigo se unía a la estructura, que le enmarcaba, por medio de goznes y se candaba la parte inferior con una tranca y la superior con una cerradura de llave, normalmente, de gran tamaño. Cuando había que introducir en la casa materiales de gran tamaño, caballerías, cestos de paja o costales repletos de grano, se abría todo el portón, toda la armadura de la puerta. Se requería espacio y este fue el invento. La estructura semifija del portón estaba compuesta por dos largueros verticales y paralelos, colocados bastante juntos, a los que se ensamblaban travesaños del mismo grosor; ambos largueros se fijaban a espiga, por la parte superior e inferior, a dos tablones del mismo grosor y forma; al lado contrario, se colocaban otros dos largueros de las mismas características. El conjunto formaba un bloque sólido y resistente.

Para que pudiese girar el artilugio, al larguero próximo a la pared se le redondeaba el extremo superior y se le encajaba en un agujero abierto en el cargadero del dintel y, en la parte inferior se le colocaba un gozne de hierro que se apoyaba en un tejuelo de piedra de pajarilla o en una plaza de hierro empotrada en el suelo; todo el conjunto se fijaba en la pared contraria por medio de un cerrojo, que atravesaba el larguero lateral y penetraba en la pared. La estructura, exteriormente, se cerraba con tablas o con piezas de maderas de forma trapezoidal (como sucedía en mi casa de la calle de La Leche nº 14), sujetas, en ambos casos, con los clásicos clavos castellanos. En la parte inferior, se solía cortar en la madera un circulo, la gatera, que facilitaba el acceso a los felinos en sus cacerías de ratones. Yo apuesto por que el portón de Ventura Morenito en su local a la salida del prado, se le proteja y mantenga como el último ejemplar de los típicos portones de Macotera.


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Articulo extraido de la bibliografía de Eutimio Cuesta Hernández sobre Macotera. Cedido voluntariamente por el autor macoterano. Muchas gracias por colaborar en este proyecto.