La reja o verja de ventana (Macotera)
“Conjunto de barrotes metálicos o de madera, de varias formas y figuras, y convenientemente enlazados, que se ponen en las ventanas y otras aberturas de los muros para seguridad o adorno”. Esto es lo que dice el diccionario de reja. Verja es otra cosa: “ Enrejado que sirve de puerta, ventana o cerca. Hoy se aplica más al que sirve como cerca”.
A pesar de ser dos cosas distintas nosotros seguimos hablando de verja: lo que el buen castellano llama reja. Nosotros aplicamos la palabra reja para definir el Instrumento de hierro, que es parte del arado, y sirve para romper y revolver la tierra. Con estas lecciones léxicas, ya estamos en posición, para hablar un poco de la lámina, que nos ha puesto delante, el amigo José Luis. Se trata de un verdadero ejemplo mudéjar: ladrillo y filigrana de hierro. Esta pieza artística es un objeto más de los mil útiles que salieron de la mano artesanal del herrero, y que pueblan las páginas del libro “Arquitectura popular en Macotera, de José Luis Rivero.
La reja de la lámina se hallaba en la calle El Cristo, nº 22; decimos se hallaba porque, hoy, ha sido sustituida por un ventanal de aluminio y cristal, e ignoramos en qué lugar se guarda esta bella joya de forja, que labraron nuestros herreros. Podemos presumir de que todos estos útiles decorativos se desprendieron del ingenio y de la habilidad de nuestros herreros, miembros de la reconocidas familias de los Salinero y de los Bautista desde tiempo lejano. La reja se utilizó siempre como elemento de seguridad y protección. Antiguamente, todas las viviendas eran de planta baja y los huecos de las ventanas se abrían a escasa altura del suelo, los marcos y contraventanas no ofrecían excesiva resistencia a posibles ataques inesperados; por lo que, todas las ventanas, por pequeñas que fuesen, eran protegidas con sencillas rejas de hierro en forma de cruz. El capricho y la distinción también estuvo presente a la hora de colocar una reja, prueba de ello es el número de rejas bellamente trabajadas que lucían las fachadas de algunas casas.
La reja referente la podemos marcar entre las que José Luis define como rejas de fantasía, que se caracterizan por la profusión de elementos que se entrelazan y completan de una forma simétrica y decorativa. El marco es sólido, un muro de ladrillo macizo que da consistencia al conjunto; los barrotes, dobles, se unen por medio de una volutas en forma de “S”, contrapuestas y piezas invertidas en forma de “C, enroscadas en sus extremos, que se denominan en forja grecas. El centro lo ocupa un gran círculo, dividido en cuadrantes perfectos por una cruz, cuyos extremos semejan lágrimas que emanan de un pequeño núcleo central, El conjunto es bello, armonioso y, por supuesto, artístico y de gran valor artesanal. En otros ejemplares, que aún se respetan en el pueblo, muestran las iniciales de los dueños de la vivienda. No sé dónde leí: “Un pueblo sin fragua es un pueblo con manos atadas”. Del albañil con su paleta, del labrador con sus aperos, hasta el ama con su badila dependen del herrero.
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