María Rodríguez de Monroy
María Rodríguez de Monroy, más conocida como doña María "la Brava", fue un personaje destacado en los conflictos entre los nobles de Salamanca en el Siglo XV. Su marido Enriquez de Sevilla falleció en 1454 dejando cuatro hijos: Pedro, Luis, Aldonza y María.
Cuando sus hijos Pedro y Luis fueron asesinados por miembros de la familia Manzano (Gómez y Alonso) debido a una disputa en el juego de la pelota, y sus asesinos huyen a Portugal, doña María, habiendo perdido todos los varones de la familia, decide vengarlos.
Reune a sus parientes y criados y abandona la ciudad, oficialmente se retira a Villalba para proteger su vida. Pero realmente ha decidido acudir en busca de los hermanos Manzano acompañada de su séquito, los encuentra en la ciudad de Viseo y les da muerte. Se cuenta que regresó a la ciudad con las cabezas de los hermanos Manzano y que las arrojó en las tumbas de sus hijos en la Iglesia de Santo Tomé.
Este suceso incrementó el ya enrarecido ambiente entre los nobles de la ciudad, divididos ya hacía tiempo en dos Bandos, el Bando de Santo Tomé al que pertenecía María de Monroy y el Bando de San Benito al que pertenecía la familia Manzano, sucediéndose los hechos violentos que conmocionaban la ciudad, durante años.
En la mediación entre ambos bandos y el posterior apaciguamiento, intervino activamente San Juan de Sahagún, siendo ésta una de las causas por las que fuera nombrado patrón de la ciudad.