Pedro de Ibarra
Pedro de Ibarra, probablemente hijo de Juan de Álava, fue un arquitecto nacido en un año no determinado del siglo XVI, en la localidad cacereña de Alcántara. Se trata del principal representante de la arquitectura renacentista que trabajó en Extremadura y uno de los mayores arquitectos españoles del siglo XVI. La mayor parte de su labor la realizó durante el reinado de Felipe II.
Aprendizaje
Fue discípulo de Juan de Herrera y colaboró con él en la construcción del monasterio de San Lorenzo del Escorial.
Se pueden definir como características de su estilo el sentido de la proporción, la grandeza de las dimensiones y la austeridad en la decoración.
Obras
En Zamora, sustituyendo a su padre, levantó en 1537 el monasterio de los Jerónimos.
Realizó en 1540 la capilla mayor del convento franciscano de Garrovillas por encargo del Conde de Alba de Aliste.
Como Maestro Mayor de obras de la Orden Militar de Alcántara participó en la construcción de su sede, el Conventual de San Benito.
Fue designado Maestro Mayor de obras en la diócesis de Coria-Cáceres y, a lo largo de unos treinta años, participó directa o indirectamente en casi todas las obras realizadas durante la segunda mitad del siglo XVI en los templos parroquiales, conventos y ermitas de la diócesis. Así, en la concatedral de Coria, realizó la Puerta del Perdón y en la concatedral cacereña de Santa María dirigió la construcción de la torre en el año 1554; también intervino en la iglesia cacereña de San Mateo.
En Brozas se conserva de su mano la capilla mayor y el claustro del convento de Nuestra Señora de la Luz así como la traza de la iglesia de los Santos Mártires y, sobre todo, la que puede considerarse su obra cumbre, la iglesia parroquial de Santa María la Mayor, construida íntegramente en piedra sillar.
Obras enteramente suyas son la iglesia de la Asunción y la ermita del Cristo, en Torre de Don Miguel, la iglesia de la Asunción de Valverde del Fresno y la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles de Cilleros, pueblos todos de la Sierra de Gata. En la misma zona serrana, participó en la mayor parte de las fábricas de: la iglesia de Nuestra Señora del Buen Varón, en el pueblo de Hoyos, la iglesia de la Concepción, en el pueblo de Cadalso, y la ermita del Cristo de la Agonía, en el pueblo de Calzadilla. Otras intervenciones fueron la iglesia de Estorninos y el monasterio de Rocamador (en Valencia de Alcántara).
También intervino en Salamanca en la capilla y el claustro del Colegio Mayor de Fonseca y en el palacio de Monterrey; en Ciudad Rodrigo, la Iglesia de San Agustín y la capilla mayor del convento de San Francisco.
También intervino en otros edificios, como los castillos de Portezuelo, Santibáñez el Alto, Moraleja, Piedrabuena (en término de San Vicente de Alcántara), Zarza la Mayor, Herrera de Alcántara y Valencia de Alcántara, en los que realizó una importante labor de restauración.