Teatro Bretón
Desde muy antiguo (1596, según algunas fuentes) existía en este lugar un corral de comedias y luego teatro llamado Teatro del Hospital. Los ingresos de este teatro servían para financiar el Hospital General de la Santísima Trinidad. En 1878 el teatro pasa a manos privadas. Hacia 1890 adquirió su nombre actual en honor al músico Tomás Bretón que había nacido en las cercanías.
Tomás Cafranga fue el encargado del proyecto original del teatro en 1846. No obstante a finales del siglo XIX se encarga de reformarlo, Cecilio González Domingo.
Entre las modificaciones que introdujo Cecilio González Domingo estan la construcción de un muro de cierre del solar por la calle San Justo y por el chaflán que lo enlaza con la antigua fachada, que se encuentra en el lado del Patio de Comedias.
Donde se encuentran la calle y la plaza se situó una nueva puerta principal, esta se abría en un muro fajeado y se cerraba con un arco segmentado. En En el primer piso, sobre el eje de la entrada, abrió una ventana-balcón; su recerco y los sillares resaltados en las esquinas eran los únicos elementos que animaban la pared. Un frontón, con un motivo decorativo en su vértice, constituía el remate superior.
Otras reformas se realizaron en 1919 recreciendo la fachada y en 1940 se llevó a cabo un reforma interior que modificó su decoración.
Posteriormente se añadieron varias salas de cine en la zona de la plaza de San Román, que en un primer momento se conocieron como Cine Patio de Comedias y más tarde todo el edificio se convirtió en Cine Bretón.
Cierre y derribo
El Teatro Bretón cerró sus puertas en 2003, tras un breve renacimiento como teatro durante los actos del 2002. La Fundación Germán Sánchez Ruipérez, en colaboración con Caja Duero, trató de adquirir el edificio para instalar su sede y mantener el uso cultural, sin embargo las desmesuradas pretensiones económicas de los propietarios hicieron fracasar el proyecto. Desde entonces los propietarios trataron de que se recalificara el solar para construir un hotel, pero no lo consigueron, al calificarse el solar como dotacional en el Plan General de Ordenación Urbana.
A principios de 2009 los propietarios presentaron un proyecto para construir una residencia de ancianos y aparcamiento subterráneo. El ayuntamiento concedió el permiso y el 26 de mayo comenzó el derribo a las 6 de la mañana. Pocas horas después el derribo fue paralizado por orden judicial con el teatro ya en ruinas.El 29 de mayo la Justicia decidió mantener la paralización del derribo del teatro Bretón al estimar el auto de la jueza el recurso presentado por Los Verdes-Foro de Izquierdas, que deberán abonar una fianza de 3.000 euros. Según argumentan los denunciantes, la empresa tiene prohibido construir al existir una sentencia condenatoria por realizar una piscina de forma ilegal en Villamayor de Armuña.
A finales de julio de 2010 el partido Los Verdes llega a un acuerdo con la empresa por el que esta se compromete a destinar un mínimo del 15 por ciento del solar a un uso cultural (según Los Verdes un teatro de 300 localidades con una programación de calidad y estable), y retiran el recurso judicial, lo que permite continuar el derribo. A su vez el Ayuntamiento se compromete a modificar el Plan General de Ordenación Urbana para que en el resto del solar se constuya un hotel en lugar de la residencia de ancianos prevista. El proyecto incluye también un aparcamiento subterráneo de 409 plazas distribuidas en 7 plantas, en parte para residentes y en parte de rotación.
A los pocos días del acuerdo se reanudó el derribo que ya había concluido en los primero días de agosto.