Virgen de la Encina
La Virgen de la Encina o Nuestra Señora de la Encina es la Patrona de la villa de Macotera y es venerada en dicha villa desde hace al menos quinientos años. Su fiesta se celebra el día 8 de septiembre, día de la Natividad de la Virgen, aunque es vestida también con el traje bordado en oro y ataviada con joyas el Domingo de Resurrección para la procesión del Encuentro con Jesús Resucitado y también el día 15 de agosto, Asunción de la Virgen. Además en Semana Santa acude a la procesión del Santo Entierro vestida de luto. En su fiesta de septiembre se celebra una novena que es muy concurrida en la que además se reza el rosario. El último día de la novena (el 8 de septiembre) se traslada a la Virgen de la iglesia parroquial (en donde permanece desde el primer día de la novena) a su ermita y durante esta procesión se canta el rosario. Al final de la procesión ya delante de la puerta de su ermita se canta una Salve y tiene lugar el intercambio de las varas de la mayordomía de Nuestra Señora de la Encina entre los mayordomos salientes y entrantes. Asisten a la Virgen durante el año ocho mayordomos que se encargan, además del mantenimiento de la ermita, de tocar la campana dos veces al día, una por la mañana y otra al atardecer, el toque de esta campana llama al rezo de una Salve a la Virgen de la Encina.
Las leyendas
Cuenta la leyenda que la Virgen de la Encina se apareció a unas esclavas en el lugar donde está la ermita y que ésta iba a luchar contra los moros. Un día la apresaron los moros y la cortaron las manos y la cabeza. Las esclavas que la acompañaban consiguieron estos restos y los trajeron a donde se les había aparecido.
Otra leyenda muy parecida a la anterior cuenta que la Virgen iba a luchar contra los moros en la época de la Reconquista y que un día los moros la apresaron y la cortaron las manos y la cabeza. Entonces sus sirvientas trajeron sus manos y su cabeza a Macotera y que aquí se les apareció en una encina.
Su imagen está compuesta de cabeza, manos y un entramado que le hace de cuerpo, esto está relacionado con otra leyenda que dice que si alguien viese su cuerpo se quedaría ciego.
La historia
Al margen de estas leyendas se sabe que Nuestra Señora de la Encina era ya venerada en la antigua ermita en 1504 y que la gente al morir dejaba parte de su herencia a la Virgen para que se dijesen misas por el eterno descanso de sus ánimas en la ermita. Un ejemplo es el collar de oro y la toca que lega la mujer de Juan Terracos el 4 de octubre de 1592 para vestir a la Virgen.
En 1609 un Visitador eclesiástico dice: "Aquí hay una ermita de Nuestra Señora de la Encina, muy bien tratada, que podía ser iglesia de monjas, su capilla muy bien enmaderada y su retablo muy bueno; no tiene renta esta ermita, aunque las limosnas son muchas, se gastan en reparar la ermita, en fiestas y misas". Poseía además de las limosnas una alameda de negrillos (en la calle Alameda), huertos entre la alameda y la ermita, parte del terreno del actual camposanto, y unas viñas y tierras de labranza.
En 1730 D. Juan Francisco Caballo Labajos, residente en América manda un collar de oro puro para la Virgen el cual se le ponía en su fiesta y para el día del Encuentro el Domingo de Resurrección.
En esta ermita primitiva se celebraba el día 15 de agosto la Asunción de María, esto se deja de hacer el año 1727 por la afluencia de macoteranos y forasteros y porque muchos de ellos se subían a la tribuna y ésta amenazaba a ruina.
Esta ermita sirvió en el siglo XIX de escuela de primeras letras para niños y adultos.
En el año 1971 se tiró esta antigua ermita y se construyó una nueva que es la actual. Tiene esta ermita un Calvario estimable y un San Nicolás Tolentino al que algunos dicen que es el patriarca Noé, por tener en sus manos un tonel.