Cardenal Mendoza

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Pedro González de Mendoza (Guadalajara, 3 de mayo de 1428, Guadalajara , 11 de enero de 1495), más conocido como el Cardenal Mendoza. Fue el quinto hijo del Marqués de Santillana, Iñigo López de Mendoza y su esposa Catalina Suárez de Figuerola su poder e influencia fue tal que se le consideró el tercer rey durante el reinado de los Reyes Católicos.

Desde joven su destino iba a ser la iglesia de esta manera en 1442 entró a formarse con su tío, don Gutierre Álvarez de Toledo, Arzobispo Primado de Toledo, con quien permanecería 3 años hasta la muerte de este en 1445.

Para continuar su formación llega en 1446 a la Universidad de Salamanca, donde cursaría sus estudios en Derecho Civil y Derecho Eclesiástico. Tras finalizar su carrera inicia su carrera política en la corte de Juan II en 1452, monarca que logra que el papa le nombre Obispo de Calahorra.

Al tomar posesión de su sede Enrique IV es ya el nuevo rey, y las luchas entre los nobles y la corona se recrudecen, en estas luchas la familia Mendoza se enfrenta al rey. Quien en 1459 expulsa a los Mendoza de Guadalajara. A pesar de la cercanía de la familia con Beltrán de la Cueva uno de los favoritos del rey. No obstante la familia se mostrará fiel al monarca durante los años en que una parte de la nobleza tratará de forzar al rey a abdicar.

En recompensa por este apoyo en 1468 fue nombrado obispo de Sigüenza, y acompaña en 1469 al rey para acabar con una revuelta en Andalucía. Más tarde hará de anfitrión del cardenal Rodrigo de Borja (futuro Alejandro VI), enviado por el papado para limar las diferencias entre Enrique IV y su hermana la futura Isabel I de Castilla. Con el apoyo del rey y del cardenal Rodrigo de Borja, en 1473 es nombrado cardenal. Continúa su carrera ese mismo año siendo nombrado Arzobispo de Sevilla. Al año siguiente muere Enrique IV, el cardenal Mendoza había sido nombrado su albacea testamentario.

En la crisis sucesoria abierta, el cardenal apoyó a la futura Isabel I, frente a la hija de Enrique IV, Juana. De esta manera se inicia una fructífera colaboración entre el cardenal los Reyes Católicos, que le llevaría a ser nombrado el 13 de diciembre de 1482, arzobispo de Toledo.