Colegio Menor
Los colegios menores eran semajantes a los Mayores, salvo en que sus alumnos se preparaban para obtener el bachillerato (equivaldría actualmente a lo que se llama Diplomatura, es decir, una carrera universitaria más corta o de grado medio). Así como los colegios mayores siempre llevaban en su nombre el calificativo Mayor, los menores se llamaban sencillamente colegios.
Los alumnos podían asistir a las aulas de la Universidad o tomar las lecciones en el mismo colegio.
Algunos de los Colegios eran fundaciones de mecenas interesados en la formación universitaria, dotados de fondos económicos suficientes para su funcionamiento, y otros eran propiedad de órdenes religiosas, siendo sus colegiales novicios o miembros de la orden titular.
Muchos de los conventos de las diversas órdenes religiosas funcionaban como colegios menores (algunos de ellos se llamaban colegios) y los estudiantes se distinguían entre ellos por su uniforme, cuyos colores recordaban a determinados pájaros. Por ello, en la ciudad se decía que los colegios eran como nidos que se cobijaban en la copa del árbol universitario y a él venían a anidar golondrinos (los colegiales dominicos), pardales (franciscanos), cigüeños (mercedarios), grullas (bernardos), tordos (jerónimos), palomos (mostenses), verderones (los de San Pelayo)...