El Mariquelo
Esta tradición empezó tras el Terremoto de Lisboa de 1755, el obispo dispuso que todos los años en la vispera del día de Todos los Santos, alguien subiera hasta la punta de la torre de la catedral para comprobar el estado de la torre y medir año tras año su inclinación para comprobar que no seguía inclinándose. El nombre de Mariquelo se debe al apellido Mariquelo, perteneciente a la familia encargada del cuidado de la catedral. Fue esta familia la encargada de subir cada año a la torre de la Catedral Nueva de Salamanca. En 1977 se subió por ultima vez un miembro de la familia Mariquelo (Fabian Mesonero Plaza ) quedando la tradición durante algunos años sin realizarse hasta que Ángel Rufino de Haro la recuperó.
El 31 de octubre de 1755 ocurrió el Terremoto de Lisboa, sus efectos fueron tales que llegaron hasta Salamanca. Que ocurrió entonces es confuso, para algunos los salmantinos se refugiaron en la Catedral Nueva de Salamanca por el temor del terremoto, para otros los habitantes se encontraban ya en ella preparando la festividad del 1 de noviembre. En cualquier caso parece claro que en ese momento la catedral albergaba una gran cantidad de gente temerosa de que el edificio no aguantara, o de que fuera el fin del mundo. Aquí de nuevo se bifurcan las versiones; para unos al finalizar el terremoto el Mariquelo subiría a la torre para comprobar si había sufrido daños como así fue (la torre quedó inclinada y tuvo que ser reforzada en diversas ocasiones, causando que en la actualidad sea más ancha en la base que en la cabecera de la torre), para otros el Mariquelo subiría para dar gracias a Dios por haber resistido la Catedral. El obispo habría determinado que todos los años se hiciera como acto de agradecimiento y para pedir que no se repitiera el suceso.