Estilo Gótico

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El arte gótico es un estilo que se desarrolló en Europa a partir del siglo XII.

Origen del término

El término "gótico" fue utilizado por primera vez en el siglo XVI por el italiano Giorgio Vasari. Con él quería definir el "oscuro" arte de la Edad Media de manera peyorativa (como propio de godos, es decir, bárbaros) frente al glorioso pasado de la Antigüedad Clásica griega y romana; al tiempo que definía lo clásico (es decir, digno de imitación), mientras que lo "gótico" era rechazado.

Localización

Actualmente como gótico se entiende un estilo constructivo que llena un amplio período artístico, que según los países y las regiones se desarrolla en momentos cronológicos diversos, pero que de forma general se desarrolló entre mediados del siglo XII hasta el XVI, ofreciendo en su amplio desarrollo diferencias profundas de país en país.

Características

Arquitectónicamente, se considera que el estilo gótico nació en torno a 1140 en Francia, y que la Abadía de Saint Denis (San Dionisio), edificada por el abad Suger, consejero de Luis VII de Francia, es el primer edificio de este movimiento. En general, desde mediados del siglo XII los monasterios de la orden del Cister empiezan a adoptar una variación del románico despojado de ornamentación y reducido a la pureza de los elementos estructurales, a la vez que empiezan a implantar nuevas variantes constructivas, expresión de las concepciones estéticas y espirituales de Bernardo de Claraval, que se suele denominar arte cisterciense.

Las diferencias estructurales con el románico estriban fundamentalmente en la bóveda de crucería y en el arco apuntado. El arco apuntado es una respuesta al problema que ocurría en muchos edificios románicos, en los que los arcos de medio punto fallaban por los riñones (punto medio entre el arranque y la clave), por lo que apuntándolos se eliminaba el problema. Las bóvedas de crucería resolvían un problema constructivo, puesto que cruzando dos arcos para llenar después los plementos (espacio entre los arcos), la construcción requería elementos auxiliares (cerchas) mucho más ligeros. Los empujes de los arcos se contrarrestaban con semiarcos, contrafuertes, que se refuerzan con pináculos, en vez de utilizar grandes masas de piedra. El resultado es que la importancia estructural de los muros disminuye y permite abrir grandes ventanales, que en el cirterciense se limitan a dejar pasar la luz y en el gótico más avanzado se decorarán con vidrieras de color.

  • El gótico se ha definido durante mucho tiempo, de modo bastante superficial, casi exclusivamente por la utilización de uno de sus elementos, el arco apuntado u ojival; pero la utilización de un elemento no puede definir un estilo de forma global, se trata de un problema más amplio, de una nueva etapa histórica, una nueva concepción de la arquitectura, del arte y, con ellos, del mundo. La forma de un elemento estructural, por importante que sea, no puede resumir un concepto global sobre la vida, pero lo cierto es que las innovaciones no se limitaron a la forma del arco, sino a todo el proceso constructivo, lo que de hecho suponía la aplicación de una nueva manera de pensar, que revela avances científicos importantes.
  • Dado que los primeros ejemplares del estilo eran edificios religiosos, desde un punto de vista ambiental, los interiores se caracterizan por la definición de un espacio que quiere acercar a los fieles, de una manera vivencial y casi palpable, los valores religiosos y simbólicos de la época. El interior de la Iglesia se llena de luz, y la luz conforma el nuevo espacio gótico. Es una luz física, no figurada en pinturas y mosaicos, luz general y difusa, no concentrada en puntos y dirigida como si de focos se tratase, a la vez que es una luz transfigurada y coloreada mediante el juego de las vidrieras, que trasforma el espacio en irreal y simbólico.
  • La luz se entiende como la sublimación de la divinidad. La simbología domina a los artistas de la época, la escuela de Chartres considera la luz el elemento más noble de los fenómenos naturales, el elemento menos material, la aproximación más cercana a la forma pura.
  • El arquitecto gótico organiza una estructura que le permite, mediante una sabia utilización de la técnica, emplear la luz, luz transfigurada, que desmaterializa los elementos del edificio, consiguiendo claras sensaciones de elevación e ingravidez.

El Gótico tardío español, el Plateresco

Cuando llega el clasicismo, en España apenas queda una herencia de edificios de la antigüedad clásica, de modo que los españoles no abrazan entusiastas el nuevo estilo, considerado como puro Renacimiento por los italianos (quienes por otro lado habían construído muy pocos edificios en estilo gótico).

Independientemente de las características ambientales de los interiores, el gótico proporciona unos sistemas estructurales de probada eficacia. Y precisamente el estilo gótico había sufrido en la Península una serie de modificaciones debidas al clima meridional: ventanas mucho más pequeñas de las que permite el sistema constructivo y pendientes de cubierta mucho menos pronunciadas, y a menudo verdaderas cubiertas planas, lo que hizo un estilo realmente distinto, pero que aprovechaba eficientemente un sistema constructivo. Por otro lado, muy probablemente ciertos arquitectos españoles considerasen con cierto desprecio los tirantes metálicos vistos que los arquitectos renacentistas italianos se veían obligados a poner en los arcos para resistir los empujes horizontales (al cabo, un truco tramposo), cuando en el sistema constructivo "gótico" había métodos que evitaban el recurso a la trampa.

A partir de la herencia gótica se empieza a gestar un estilo autóctono en el que se incluyen elementos más modernos. Quizá el ejemplo más representativo de este estilo sea la iglesia de San Juan de los Reyes de Toledo, en que la idea gótica está más en el sistema constructivo que en la concepción del espacio interior, que nada tiene tiene que ver con el gótico original francés.

Por ello en la Península, cuya tradición de arquitectura clásica está, temporalmente, muy alejada (tras los siglos de dominación musulmana) prefiere, por racionalidad constructiva, el sistema constructivo gótico, que con el tiempo va evolucionando hacia un nuevo estilo que la crítica posterior ha definido como un nuevo modo de decoración de los edificios, que correspondía con la riqueza general del país en el momento, hacia un recargamiento, que se ha dado en llamar plateresco, mientras se mantienen elementos estructurales del gótico, especialmente en el modo de llevar las cargas de las bóvedas a los pilares (no a los muros, como en el románico), apuntalándolos con los arbotantes, con sus chapiteles, y usando arcos apuntados y arcos rebajados. En realidad es verdaderamente un nuevo estilo, mucho mas "nacional", que supone una nueva concepción del espacio y las tradiciones españolas.