Alejandro Carnicero
Alejandro Carnicero, nacido en Íscar (Valladolid) el 17 de junio de 1693 y muerto en Madrid el 6 de octubre de 1756, es reconocido como uno de los escultores españoles más notables de la primera mitad del siglo XVIII. En su dilatada obra se advierten rasgos de la transición del Barroco al Neoclasicismo.
Fue discípulo de José de Larra en Zamora, estableciéndose posteriormente en Salamanca, donde se conservan buenas muestras de su talento. Así, en la Catedral Nueva de Salamanca ejecutó los medallones del crucero y gran parte de los motivos decorativos de la sillería del coro. Entre los medallones de la Plaza Mayor esculpió muchos de los del Pabellón Real, en el que se representan a los titulares de la corona española. Otros lugares donde ha dejado obras con las catedrales de Oviedo y León o el Real Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe, en Cáceres.
Particularmente destacable es su aportación a la imaginería de la Cofradía de la Vera Cruz, de Salamanca. Los profesores Casaseca y Rodríguez G. de Ceballos han abordado dos de los grupos escultóricos por Carnicero tallados para esta cofradía: los de La Flagelación del Salvador o Los Azotes, conocido popularmente como "Culo colorao" y cuyo boceto se conserva en la Biblioteca Nacional de España, hecho éste poco habitual en este tipo de obras, y El Balcón de Pilatos o La Caña, un Ecce Homo conocido en Salamanca como el paso de "Boca ratonera". Ambos desfilan en la Procesión General del Santo Entierro en la tarde del Viernes Santo. Virginia Albarrán atribuye también a Carnicero la autoría del paso de Jesús Resucitado que procesiona el Domingo de Resurrección. La Semana Santa Salmantina tiene en ellos a los mejores exponentes de su rico patrimonio, junto a las aportaciones de la Escuela de Imaginería de Salamanca en el s. XX.
Los últimos años de su vida los pasó en Madrid, labrando estatuas de monarcas hispanos para el Palacio Real de Madrid. Siguieron sus pasos artísticos sus hijos Isidro y Antonio Carnicero.