Casa y comercio de los González Fermoselle
En la última década del siglo XIX se abrió en Aldeadávila de la Ribera un gran comercio, un bazar que pretendía ser el "mayor comercio desde Salamanca hasta Portugal".
Lo abrió el rico comerciante Alejandro González Fermoselle, en la Plaza Mayor del pueblo, para lo que necesitaba un gran local, con almacenes, una gran sala de ventas, bodegas y muelles para carga de mercancías en los carros de la época.
El edificio ha pasado por muchas vicisitudes desde su construcción, siendo usado como Fonda, bar e incluso sala de fiestas durante varias décadas.
Se ha decidido, con acierto, mantener su estructura, fachada y enrejados de los primeros años del siglo XX, por parte del Ayuntamiento de Aldeadávila.
En los años de 1953, las talanqueras eran subastadas entre las cuadrillas de mozos ("Partidas"), entre ellas la que se instala entre la fachada este de la Iglesia de San Salvador, y la fachada de este antiguo edificio de Alejandro González Fermoselle, es lo que se llama "La Talanquera de la Tía María".
Historia del Comercio y de Alejandro González Fermoselle
Después de morir el 2º Marqués del Caballero -José Antonio Caballero y Caballero del Campo-, y de que emigraran a Madrid como ministros, o abogados notables varias familias importantes de Aldeadávila, el poder fáctico lo ostentan ricas familias de comerciantes “conservadores” y que siempre que tienen oportunidad reniegan de las ideas liberales que trajo el liberalismo de Isabel II, a destiempo, incluso 50 años después: es el caso de la familia “González Fermoselle”, tío y sobrino.
El comercio de Alejandro González Fermoselle, se construyó en el último decenio del siglo XIX, a la sombra probablemente de los dineros que iba ahorrando su tío, el párroco. Tuvo la desgraciada suerte de sufrir en 1903 un pavoroso incendio, pero con la suerte de estar asegurado, pudo reconstruirse completo su interior, y las partes de la fachada dañadas, así que gran parte del edificio y enrejado que disfrutamos ahora procede de esa época de 1903-1904.
Se trata no sólo de una historia de una de las familias más ricas de Las Arribes, sino también de una historia de sobrinos. Alejandro acompañó a su tío y a su madre desde Mieza, cuando su tío tomó posesión como párroco. Fue juez de paz, teniente-alcalde y el último alcalde del siglo, logrando forjarse una pequeña fortuna. Su comercio tenía toda clase de quincalla, corte y confección, vino, telas, étc. Se decía de él que no había comercio así desde Salamanca hasta la frontera con Portugal.
Precisamente hasta los portugueses de Bruçó, Lagoaça, Vilarinho dos Galegos y todos los pueblos de la frontera cruzaban en barca para comprar también aquí sus artículos. Alejandro no tuvo hijos y también tenía un sobrino, al que envió a estudiar a Salamanca, pero en lugar de hacer carrera se dedicó a disfrutar de la vida y dilipendiar los dineros, cuando se terminaban después de una temporada, volvía al pueblo, y rapiñaba dinero o artículos, a través de una puerta secreta de acceso, terminó robando metálico y joyas, hasta que un día le descubrió su tío…y se formó la marimorena.
Referencias
Leyendas árabes de las Arribes , Romancero medieval de las Arribes, Cancionero salmantino, El Toro de Aldeadávila,Picón de Felipe,El habla de la Rivera
Bibliografía
Otras fuentes de información