La Puerta de los Carros
Esta tradición estuvo vigente hasta el siglo XIX y se aplicaba a los estudiantes de la universidad que no lograban el grado de licenciado, y debían salir por esta puerta del claustro de la Catedral Vieja.
El aspirante debía demostrar que poseía el grado de bachiller para poder aspirar al grado de Licenciado, solicitando al maestroescuela, la prueba. Si tenía el grado de bachiller y ningún otro bachiller más antiguo se presenta se inicia el procenso para obtener el grado de licenciado.
Una vez iniciado los tramites el aspirante era presentado ante el claustro en el que pronunciaba un discurso en latín y era presentado por su padrino quien debía ser un doctor que atestiguaba que el aspirante era hijo legitimo, cristiano viejo y de buenas costumbres. Tras la presentación se fijaba la fecha para el examen que se celebraba en la Capilla de Santa Bárbara.
El bachiller pasaba la noche anterior al examen en vela en la capilla, por la mañana llegaban los doctores para examinarle. Estos se sentaban en los bancos de la capilla, el maestrescuela lo hacia junto al evangelio y el aspirante y su padrino a los pies del sepulcro del obispo lucero. El bachiller debía realizar su exposición la cual debía durar entre una hora y dos. Una vez hecha la exposición, se paraba para comer, gasto solventado por el bachiller, y despues el tribunal inicia sus preguntas. Tras esto el tribunal votaba de forma secreta si el estudiante aprobaba o era reprobado.
Si el resultado de la votación era reprobado, es bachiller salía por las puerta de los carros como signo de su fracaso. Si aprobaba salía por la puerta grande de la Catedral y se iniciaban festejos por su aprobación.
Otra opcion era que el tribunal estuviese indeciso, en cuyo caso el bachiller debe cumplir una serie de condiciones para que a los dos años se le conceda el grado de licenciado.
Una vez aprobado se celebraba a los cuatro o cinco días la ceremonia de concesión del grado en la Capilla de Santa Barbára en el que el ya licenciado juraba ser fiel a la universidad, en el siglo XVII a este juramento se añadió otro de fidelidad a la Inmaculada concepción.