Pedro Mesonero Rodríguez
Pedro Mesonero Rodríguez nació en Aldearrodrigo (Salamanca) el 29 de mayo de 1912, en el seno de una familia humilde con inquietudes cristianas. Su padre, José Mesonero, era herrero de profesión en el pequeño pueblo de Aldearrodrigo, y su madre, Amalia Rodríguez, atendía las faenas de la casa. La familia estaba compuesta por el matrimonio y por tres hijos. El mayor, llamado Epifanio, nació el 6 de abril de 1908, e ingresó en los salesianos por mediación de Juan Castaño, sacerdote salesiano también del pueblo.
El segundo hijo fue Pedro, que siguió los pasos de su hermano mayor, ingresando también en los salesianos de Campello. La tercera hermana fue Piedad, que nació en 1.917, quien más tarde ejerció como Profesora de Enseñanza Primaria.
FORMACIÓN SACERDOTAL
Pedro inició sus estudios sacerdotales en el Seminario Salesiano de Campello, en donde ya estaba su hermano Epifanio; sólo estuvieron dos meses juntos porque Epifanio marchó a Sarriá para hacer el noviciado, que no pudo finalizar debido a una enfermedad que acabó con su vida. Sus compañeros le recordaron con aprecio y cariño, debido a la bondad que siempre tuvo con ellos.
Pedro, también delicado de salud, hubo de interrumpir sus estudios de latín, y volver a Aldearrodrigo para reponerse. Parece ser, según testimonio de su hermana Piedad, que cuando volvió estaba tan demacrado que los guardias civiles que prestaban servicio en el tren, lo tuvieron retenido algunas horas creyendo que pertenecía a una banda de malhechores que estaban buscando.
En Aldearrodrigo sus padres le curaron las heridas de los pies que le dificultaban caminar, hasta el punto de que tenía que ir a caballo a misa para no perderla. Tras siete meses en el pueblo, Pedro se repuso de su enfermedad, y decidió regresar a Campello para proseguir sus estudios. Quería ocupar el puesto de su hermano Epifanio en la Congregación Salesiana. Terminados sus estudios en Campello hizo el noviciado en Gerona, profesando en la Congregación Salesiana el 3 de agosto de 1.931.
Pedro empezó sus estudios de Filosofía, realizando su trienio práctico en la casa de Mataró, pasando luego a Valencia, en donde le sorprendió el Alzamiento Nacional.
ACONTECIMIENTOS CLAVES
Fidel Martín, sacerdote a quien Pedro ayudó a esconderse cuando empezó la Guerra Civil Española, cuenta en una carta que escribió a la hermana de Pedro el 21 de mayo de 1997, cómo los cogieron en Valencia:
A su hermano Pedro le vi y conocí por primera vez en la “tanda de Ejercicios Espirituales” que hacíamos en Valencia unos cuarenta salesianos de diversos Colegios; yo procedía de nuestro colegio de Villena (Alicante) y era la primera vez que estaba en Valencia capital. Los milicianos asaltaron el colegio y nos llevaron a todos los ejercitantes a terminar los Ejercicios Espirituales a la cárcel, del 21 al 29 de Julio, que nos dieron libertad a la una de la madrugada, y cada salesiano a buscarse un agujero donde refugiarse. Yo no conocía a nadie, ni calles ni familias; era un desconocido en Valencia.
La Providencia me empujó a dirigirme a su hermano Pedro y agarrado a su brazo le dije: “Mesonero, donde tu vayas iré yo”. Encantado, me dijo. Yo conozco alguna familia de estos pueblos de alrededor a cuyos hijos he dado clase; vamos a Meliana.
En Meliana estuvieron ocho días en casa de Toribio Zamit, donde fueron tratados como de la familia, pero al ser descubiertos tuvieron que huir de allí. Mesonero trazó un nuevo plan: iría a refugiarse a Torrente en casa de alguno de los muchos alumnos suyos residentes en aquel pueblo. Una vez en Valencia, según Fidel Martín, lo que más nos preocupaban eran las patrullas de control por si nos exigían la documentación, que estábamos desprovistos de ella. Atravesamos la capital en mangas de camisa y caminando despreocupados para pasar por obreros que iban al trabajo.
En Torrente se dirigieron al estanco, que era de una de las familias que Pedro buscaba, pero la señora les advirtió que su marido estaba arrestado en su propio domicilio, y para no comprometerlos más de lo que estaban, Mesonero decidió marcharse a Almácera, cerca de Meliana, mientras que Fidel decidió quedarse esperando las noticias que pudiera traerle Milagros, que había salido a ver si encontraba un escondite más seguro.
En Almácera, Mesonero encontró buena acogida en la masía de Agustín Roig, donde permaneció escondido durante unos veinte días. También en este pueblo estaba refugiado el hermano coadjuntor Ángel Pons, que fue el último que lo vio con vida. Pons tenía duplicada su documentación, y como Mesonero no tenía ninguna, le dio una copia con su propio nombre. Un individuo, que se fijo en Mesonero, lo denunció al alcalde, quien siendo amigo de Agustín le avisó del peligro. Puesto sobre aviso Mesonero de esto, decidió marcharse lo antes posible hacia Valencia para no comprometerlos, pero al llegar a la carretera, cayó en manos de un grupo de milicianos de Meliana, los cuales, le reconocieron. Al enterase el alcalde de que era salesiano, mandó encerrarlo en el calabozo.
MARTIRIO
En el calabozo, tomaron declaración a Pedro. Se desconoce que sucedió después. Tal vez, lo interrogaron sobre el paradero de su compañero Fidel Martín, y lo torturaran. Lo cierto es que aquella misma noche, llevaron a Mesonero en un automóvil a Torrente, y una vez en aquella localidad, se pusieron en comunicación con el Comité Local, y al no encontrar a Fidel, se vengaron con Mesonero. Sacándole del pueblo, le llevaron a un paraje de las cercanías llamado El Vedat, en donde lo asesinaron únicamente por su condición de religioso salesiano, el 20 de agosto de 1936. El propio alcalde de Meliana, volvió al pueblo al día siguiente, y al encontrarse con Toribio, quien lo había ocultado la vez anterior, le dijo con ironía: Ya puedes estar tranquilo, que esos frailes no te molestarán más, porque acabo de darle lo suyo en el Vedat de Torrente.
BEATIFICACIÓN
Su beatificación tuvo lugar en El Vaticano, el 11 de marzo de 2001, junto con otros 232 compañeros mártires. Entre ellos, figuraban los 32 mártires salesianos de la antigua Inspectoría Salesiana Tarraconense. La ceremonia, como no podía ser de otra manera, fue oficiada por el Papa Juan Pablo II. A la ceremonia de Roma asistieron 30.000 peregrinos de España y de otros países, y fue retransmitida por televisión, vía satélite, para todo el mundo.
El antiguo Obispo de Salamanca, Monseñor Braulio Rodríguez Plaza, actual Arzobispo de Valladolid, ensalzó públicamente los valores cristianos de este mártir charro tras su beatificación.
BIBLIOGRAFÍA
HERNÁNDEZ CRIADO, JESÚS: Apuntes biográficos del Beato Pedro Mesonero Rodíguez. Salamanca, 2001.
HERRERO SÁNCHEZ, DAVID: Artículo titulado II Aniversario del Beato Pedro Mesonero Rodríguez. Revista Mensajero. Marzo de 2003.
ROMERO FONSECA, Eleuterio: PEDRO MESONERO. Joven mártir de la fe. Colección Biografías Salesianas. Editorial CCS. Madrid, 2002.
