Salamanca a comienzos del Siglo XX

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Contexto

Las primeras décadas del siglo XX en la Provincia de Salamanca se caracterizaron por ser un periodo de emigración, sobre todo hacia América. Si los salmantinos emigraban era por malas situaciones de vida que sufrían, estas empeoraron con la crisis agraria y los efectos de la Primera Guerra Mundial y crisis puntuales como la filoxera o las epidemias de gripe.

La cuestión agraria tuvo especial repercusión al depender la mayoría de la población de los rendimientos del campo, pero a la vez la propiedad de la tierra estaba limitada a unos pocos terratenientes, esta situación será un foco de tensión durante la Segunda República.Pero en estos momentos la cuestión agraria no giraba en torno al reparto de tierra, sino en torno a la caida de los precios agrícolas, en especial el cereal. La razón era la competencia de los productores de América. Para paliarlo las autoridades subieron los aranceles y devaluaron la peseta, pero fue inutil al continuar depreciandose el precio del trigo producido en el extranjero. Los precios más bajos motivaron que las regiones perifericas del pais que se abastecian del trigo de la meseta comenzaran a adquirirlo en el extranjero, en perjuicio de los agricultores salmantinos, quienes no podian vender sus productos y por lo tanto responder de sus gastos. La consecuencia fue la de desahucios masivos, los más famosos ocurrieron en Andalucia, pero la Provincia de Salamanca, también se vió afectada. De estas espilsiones la más llamativa es la de Anaya de Huebra donde para expulsar a los habitantes se prendió fuego al pueblo privandoles de sus posesiones y su forma de vida, en otros casos como el de Campocerrado, era la guerdia civil encargada de expulsara a los campesinos para convertir en lugar en una dehesa. Esta fue la respuesta de los grandes propietarios, si la rentabilidad de los cultivos bajaba, se cambiaba la actividad a la ganadera.

Las dificultades económicas propiciaron que la migración de la población se acentuara debido a que los pueblos estaban densamente poblados, pero sus habitantes carecian de trabajo. Quienes decidian emigrar a otras zonas de España elegian primero Madrid, seguido de Pais Vasco, Asturias y Cataluña. En cambio quienes emigraron fuera de España, eligieron mearcharse a América, una opción más barata que en el pasado, por el menor coste del pasaje. La emigración hacia América, se elevó sobre todo durante la segunda década del siglo XX siendo en 1912 la provincia con mayor grado de emigración.

Al estallar la Primera Guerra Mundial, la provincia, al igual que el resto del país se dividió entre aliadófilos y germanófilos. Pero al margen de estas tensiones, las inmediatas consecuencias fueron económicas, debido a que con la guerra disminuyó la competencia de productos extranjeros en los mercados y paralelamente aumentó la demanda de los productos foráneos, tanto en el mercado nacional como en los mercados internacionales. De esa coyuntura, las regiones más beneficiadas fueron aquellas que poseían algún tipo de industria, y por lo tanto estuviesen mejor capacitada para satisfacer las necesidades de la guerra. En cualquier caso los beneficios que podrían conllevar la guerra, serían acumulados por los empresarios, no así por los obreros quienes en estos años continuaron emigrando a otras regiones en busca de mejores oportunidades.

Al margen de la industria la guerra también supuso un incremento en la demanda del trigo, que llevaba diversos años en crisis debido a la competencia mundial. El incremento de la demanda acarreó que en la provincia se aumentara la extensión de superficie cultivada y se recurriera a la explotación indiscriminada de las tierras para cultivos. Pero esta sobreexplotación perjudico a los ciudadanos, porque paradójicamente comenzó ha haber carestía y con ello un incremento de los precios de los productos de primera necesidad que el incremento de los salarios no pudo absorber, debido a que la producción se destinaba a la exportación hacia los países beligerantes.

Durante el periodo bélico a pesar de que la demanda de mano de obra interna se incrementa, continua la emigración exterior, pero esta cambia de destino, América deja de ser el lugar predilecto, para dirigirse a Francia, donde los Españoles sustituyeron a la mano de obra autóctona destinada en el frente.

Durante las primeras décadas la población salmantina se ve afectada por múltiples enfermedades que causaron que hasta 1922 no hubiera crecimiento demográfico en salamanca, aunque las tasas de mortalidad eran mayores en la ciudad que en el campo. Antes de llegar a esta estabilidad, coincidiendo con los últimos meses de la guerra, en 1918, la Provincia se vio afectada por una grave epidemia de gripe. Esta epidemia afectó a toda Europa. Esta epidemia fue llamada gripe española, y en la Provincia de Salamanca podría haber llegado a causar la muerte de entre 3000 a 6000 personas.

Al finalizar de la contienda los paises beligerantes se centraron en recuperar su activida económica cotidiana para devolver su economía a la situación prebélica,pero paradojicamente la paz perjudicó economicamente a España. Sus exportaciones disminuyeron y con ello el desempleo, una situación que junto con el descontento de la guerra de Marruecos afectó a la conflictividad social que se viviría en los años previos a la dictadura de Miguel Primo de Rivera.

Política

Las primeras décadas del Siglo XX se encuadran en la Restauración, este periodo de la Historia de España se inició con la Restauración Borbónica de Alfonso XII en 1874 y perduraría hasta 1931. con la llegada de la Segunda República. La restauración tiene diversos periodos, las primeras décadas coincidirían con la mayoría de edad de Alfonso XIII y podría denominarse baja restauración debido a que el sistema mostraba sintomas de agotamiento. Un intento de solución fue la última causa del derrumbe del sistema, la Dictadura de Primo de Rivera. Una de las características de la restauración era el caciquismo y el turnismo político. Este consistía en la manipulación de las elecciones para que los dos principales partidos políticos liberal y conservador, se fueran turnando en el poder. El sistema funcionó bien en el siglo XIX, pero en el periodo que nos ocupa el sistema también mostraba signos de agotamiento con la irrupción de nuevos partidos ajenos al sistema como socialistas y la creciente actividad del sindicato anarquista además de los partidos republicanos que progresivamente durante las dos primeras décadas iran ganando protagonismo, en parte gracias al descredito de los monárquicos.

Los Republicanos estaban divididos en diversos partidos que se neutralizaban los unos con los otros y solo en los ayuntamientos podían acceder a puestos de responsabilidad hasta que el sistema de la restauración empezó a dar síntomas de agotamiento y el caciquismo no pudo impedir la entrada de republicanos en la diputación provincial y en el congreso aunque hasta las elecciones de 1931 nunca fueron una alternativa clara a conservadores y liberales. Los republicanos más que partidos organizados dependían de personalidades destacadas de la provincia cuya relevancia en otras actividades les permitía competir con los partidos dinásticos destacando Filiberto Villalobos y Miguel de Unamuno.

Durante la restauración la provincia estaba dividida en circunscripciones electorales en las que se elegían a los diputados de las cortes y a los diputados provinciales. Este sistema daba mayor peso a las zonas rurales frente a las ciudades, que con mayor población eran más difíciles de dominar mediante el caciquismo. Sistema usado para manipular las elecciones y ejercer el turnismo entre los partidos políticos, aunque tanto el partido liberal como el conservador carecían de líderes claros en la provincia durante estos años.

La provincia estaba dividida en siete distritos electorales:

  • Salamanca
  • Ledesma
  • Vitigudino
  • Ciudad Rodrigo
  • Sequeros
  • Béjar
  • Peñaranda de Bracamonte

Salamanca inicia el siglo al igual que el resto de España con la perdida de las Colonias en 1898, aunque los habitantes de la provincia estaban más preocupados por poder subsistir. Esta preocupación se reflejaba en pequeños motines causados por el hambre en diversos pueblos de la provincia.

La tensión que tantos conflictos causaría en los años sucesivos ya tenían antecedentes en la primera década del siglo, sirva de ejemplo la muerte de dos estudiantes el 2 de abril de 1903. Murieron al cabo de una serie de manifestaciones protagonizadas por los estudiantes de la Universidad en protesta por el trato recibido por unos estudiantes tras ser arrestados por la Guardia civil por una pelea. Los fallecidos murieron por disparos de los agentes de la Guardia Civil al edificio donde se encontraban, debido a que desde su interior se les tiraban piedras. Un poco más de diplomacia cuando los universitarios protestaron habría evitado este derramamiento de sangre y las manifestaciones precedentes. A partir de este momento las autoridades permanecieron recelosas ante cualquier tipo de manifestación estudiantil, con el temor de los apoyos que podrían obtener. En 1907 una nueva protesta estudiantil ante un profesor, hizo que las autoridades desplegaran medidas de seguridad en las calles para evitar disturbios, sin considerar que fue el uso discriminado de la fuerza y la falta de dialogo de los altos mandatarios la causa de los disturbios de 1902.

Esta situación es un ejemplo del nerviosismo de las autoridades con un progresivo deterioro de la situación política que se vivia en toda España y que precedería futuras crisis. En 1907 se reforma la ley electoral, y según la nueva norma si se presenta solo un candidato en una circunscripción electoral el candidato ganaba el puesto sin pasar por las urnas. Con esta medida los partidos oficiales contrarrestaron la acción de la oposición que progresiamante iba ganando fuerza. Republicanos y socialistas comenzaron a unir sus esfuerzos para lograr representación en el congreso pero fracasaron. En Salamanca también estuvo presente el Partido Reformista que buscaba reformar el sistema desde dentro. El partido se declaraba republicano y dispuesto a pactar con otras fuerzas políticas. Pero estas experiencias fracasaron por depender demasiado de sus líderes y no tener una gran capacidad electoral. No obstante Filiberto Villalobos logró llegar al congreso en 1918 sin pertenecer a los partidos oficiales. Si Villalobos consiguió ser nombrado diputado por Béjar, a parte de la ayuda de los partidos críticos con la monarquía, también fue debido a su prestigio personal entre los electores por su trabajo como medico y su labor asistencial.

La Provincia de Salamanca se caracterizaba en estos años por un escaso desarrollo industrial y una población reducida de mentalidad tradicionalista. Pero estas circunstancias también favorecian que los distintos partidos de la oposición colaboren entre si, pero solo Villalobos pudó vencer a los partidos tradicionales tras la crisis de 1917 que perjudicó aún más al sistema de la Restauración.

El periodo más convulsivo de la Restauración es de 1918 a 1923, años en que a parte de los problemas internos del país se unen las consecuencias de la Primera Guerra Mundial, la cual aunque permitió a España liquidar su deuda exterior causó que el aumento de las exportaciones perjudicará a las clases bajas con la elevación de la inflación y carestía de productos. En el plano político también causó mayor división entre la clase política al ser unos partidarios de apoyar a Alemania y otros de Gran Bretaña y Francia. A las luchas y la agitación política se añadió el incremento de la violencia callejera que incluso se profesionalizo mediante el pistolerismo (pistoleros profesionales). No obstante la Provincia de Salamanca fue un lugar que permaneció tranquilo, sobre todo si la comparamos con la situación vivida en Andalucia y en Cataluña. La ausencia de actos violentos, no significa que la provincia fuera ajena a huelgas y diversos conflictos laborales, causados por el incremento del coste de la vida. Estos conflictos no solo se dieron en la ciudad, los obreros agrícolas tambíén se mostraron muy activos en sus revindicaciones durante estos años. En parte los obreros actuaron de forma coordinada gracias a la Federación Obrera. Si los obreros estana asociados los empresarios también lo hicieron para proteger sus intereses y hacer fuerza frente las reivindicaciones de los obreros y poder ellos realizar reivindicacones a las autoridades públicas.

De todos estos actos se resintió la vida política, los partidos tradicionales cada vez más encontraban candidatos dispuestos a disputarles los puestos en las cortes y aunque en la mayoría de los casos fracasaron si reflejaban que algo estaba cambiando en la política. En estos años aparecen candidatos ajenos a los partidos tradicionales con posibilidades de ganar, al propio Filiberto Villalobos, apareció el conservador Diego Martín Véloz, fueron los más destacados. Otros fueron Luis Capdevila Gelabert quien logró el acta de diputado por Vitigudino en 1920 o Ricardo Power que se presentó en 1918 por Peñaranda de Bracamonte, o en Salamanca Peréz Oliva. Estos nombres representaban diversas corrientes e ideologías, pero todos ellos eran ajenos a los partidos tradicionales que habían dirigido la política desde las ultimas décadas del siglo XIX en la Provincia de Salamanca y en el conjunto de España. En las sucesivas elecciones celebradas en estos años también fueron cambiando las formas de los políticos, sobre todo por parte de Diego Martín Véloz, quien no dudaba en usar la violencia verbal e incluso física contra sus oponentes políticos, sactitud llevó en las elecciones de 1923 a que la candidatura de su rival Juan Mirat fuera apoyado por los conservadores, mauristas, republicanos y socialistas. Estas campañas fueron un antecedente de las elecciones que se vivirían durante la II República.

En 1923 la situación con el Golpe de Estado protagonizado por Miguel Primo de Rivera, quien instauraría una dictadura militar cuyas primeras medidas serán acabar con la actividad política de los partidos, con ello durante unos años la tranquilidad volvió a las calles. En Salamanca la dictadura decidirá enviar al exilio a Unamuno, esta medida tendría una gran repercusión en la ciudad debido a la relevancia del personaje. La dictadura buscaba mantener controlada una institución, la universidad que empezaba a dar signos de recuperación y que en Salamanca era cada vez más importante, para afianzar su poder en la ciudad buscó colocar en el ayuntamiento a personas afines a la dictadura. Controlando las principales instituciones, con los partidos políticos ilegalizados y el apoyo de las elites locales el control de la provincia estaba al menos temporalmente asegurado. Pero realmente la dictadura fue un paréntesis de las luchas políticas, y cuando esta dio síntomas de debilidad los lideres políticos retomaron rápidamente y con mayor fuerza su actividad.